M. CRUZ AGUILAR / Teruel
Restaurar un textil es complejo porque, según explica la especialista del Instituto de Patrimonio Cultural de España, Pilar Borrego, “el comportamiento de las fibras de un material u otro varía, pero también hay que tener en cuenta la propia confección”. Por eso, la problemática de cada paño es distinta y debe abordarse de forma diferente. Así lo han aprendido los diez alumnos que han participado en el curso de restauración textil que concluyó ayer en la Fundación Santa María de Albarracín.
La actividad formativa cierra el ciclo de Restauración de Bienes Muebles impartida por la entidad de Albarracín con la colaboración del Instituto Aragonés de Empleo y del Instituto de Patrimonio Cultural de España.
Los diez restauradores que participan en el curso este año han trabajado sobre una saya de la Virgen del Tremedal que regaló Amadeo de Saboya en el siglo XIX a la patrona de Orihuela. También han actuado en una capa pluvial y sus dalmáticas cosidas en el siglo XVI y que también pertenecen a la iglesia de la localidad de Orihuela del Tremedal.
PIEZAS ADECUADAS
“Lo que hacemos es coger piezas donde puedan los alumnos aprender diferentes técnicas”, comenta Pilar Borrego. La especialista les ha enseñado varios procesos, como la micro aspiración, limpieza y consolidación de las telas. Otra de las acciones que se enseñan en Albarracín es la preparación de perchas especiales para conservar el tejido. La forma de guardarlo es fundamental para garantizar su mantenimiento, según dice Borrego.
De todas formas, la técnica del Instituto de Patrimonio indica que las tres semanas que dura el curso son insuficientes para aprender un oficio que conlleva una gran complejidad. “Sirven para una iniciación. Aquí hablamos de criterios y metodología, pero cada pieza tiene una problemática y no se resuelve de la misma manera. Una pieza textil no debe estar expuesta de forma continua ya que la luz y la posición que tiene en las vitrinas le perjudica", según argumenta la experta.
Fuente: Diario de Teruel (31-10-2009).
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