Leonor Franco / Teruel
La harinera de Torres, un enorme edificio que está en desuso desde hace tres años, albergará apartamentos y un albergue tras las obras de restauración que está llevando a cabo la Fundación Santa María de Albarracín, con un proyecto promovido por la Fundación para el Desarrollo de la Sierra de Albarracín.
El proyecto permitirá reforzar la red de alojamientos de la Sierra, en la actualidad mucho más concentrada en la ciudad de Albarracín. Pero, sobre todo, supondrá recuperar un edificio que fue durante muchos años un referente para toda la comarca. La fábrica de harina -la única que existía en la Sierra de Albarracín- se convirtió, según el alcalde de Torres, José Antonio Martí, "en un importante recurso económico". "No solo suministraba a toda la comarca -continuó el primer edil-, sino que comercializaba su producto en Levante, Castilla-La Mancha y otros puntos de Aragón, y en su momento de mayor apogeo llegó a dar trabajo a 15 operarios".
Ante el interés del edificio (ver figura inferior), que para Martí ha quedado como una infraestructura testimonial de una época, el Ayuntamiento ha realizando gestiones desde hace tres años, en que la actividad industrial se paralizó, para adquirir el inmueble. No obstante, las negociaciones siempre fueron infructuosas dado el gran número de herederos, propietarios de la fábrica. El proyecto destinado a ampliar la oferta de alojamientos comenzó a tomar cuerpo cuando el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) pudo por fin llegar a un acuerdo con los titulares y comprar el edificio. Es, del mismo modo, este organismo el que ha financiado los trabajos de restauración, que en una primera fase, presupuestada en 150.000 euros, se centran en el ala derecha del inmueble.
En esta parte de la fábrica, que se caracteriza por su forma en u, se habilitarán seis apartamentos, destinados preferentemente al alojamiento de trabajadores. "El pueblo comienza a tener oferta hotelera, con tres casas de turismo y un pequeño hotel de 9 habitaciones, pero tenemos gran carencia de estancias a precios asequibles para los operarios que vienen a trabajar a la sierra", explicaba el alcalde de Torres. Las dos fases siguientes se dedicarán a la restauración de la maquinaria que todavía se conserva en la harinera, situada en la zona frontal de la infraestructura. Este espacio, ligado al patio, se acondicionará como centro de exposiciones museísticas. Posteriormente, está previsto recuperar el ala izquierda como albergue, un tipo de residencia que el Ayuntamiento pretende explotar para acoger a grupos de escolares. "Una vez tengamos configurado el museo de la harina, queremos contactar con colegios para ofrecer visitas guiadas", explicaba José Antonio Martí.
Estructura alterada
El gerente de la Fundación Santa María de Albarracín -cuyo centro de restauración se encarga de la ejecución del proyecto-, Antonio Jiménez, señaló que el edificio se encuentra en líneas generales en buen estado de conservación. "Si bien -agregó- las alas laterales de la fábrica ha sufrido notables alternaciones".
Según explicó, el ala derecha permanece a una menor altura que el resto de la edificación. El proyecto de rehabilitación de esta infraestructura, que se basa en la recuperación de sus volúmenes iniciales en torno al patio central, se acomete por fases con objeto de afrontar más fácilmente su coste. La harinera, cuya actividad productiva comenzó en 1942, conserva, según Jiménez, la estética de las construcciones industriales de la época, con estructuras sencillas, de gruesos muros y marcos de ladrillo decorando las ventanas. En la recuperación se pretende conservar los elementos constructivos más peculiares, como los forjados de madera y las viejas cerchas de las cubiertas.
Fuente: Heraldo de Aragón (24-08-2009). Más información en la edición impresa.
PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO CULTURAL Y AMBIENTAL
Para la puesta en valor del patrimonio cultural y ambiental en la Comarca de la Sierra de Albarracín, el Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) ha destinado para la presente anualidad 300.000 euros a la Fundación Santa María de Albarracín y, a su vez, otros 300.000 euros para la Fundación de Desarrollo de la Comunidad de Albarracín.
En la figura inferior se muestra el FITE para el 2009 en cifras, cofinanciado a partes iguales por el Gobierno de España y el Gobierno de Aragón (pincha la tabla para una mejor resolución).
La harinera de Torres, un enorme edificio que está en desuso desde hace tres años, albergará apartamentos y un albergue tras las obras de restauración que está llevando a cabo la Fundación Santa María de Albarracín, con un proyecto promovido por la Fundación para el Desarrollo de la Sierra de Albarracín.
El proyecto permitirá reforzar la red de alojamientos de la Sierra, en la actualidad mucho más concentrada en la ciudad de Albarracín. Pero, sobre todo, supondrá recuperar un edificio que fue durante muchos años un referente para toda la comarca. La fábrica de harina -la única que existía en la Sierra de Albarracín- se convirtió, según el alcalde de Torres, José Antonio Martí, "en un importante recurso económico". "No solo suministraba a toda la comarca -continuó el primer edil-, sino que comercializaba su producto en Levante, Castilla-La Mancha y otros puntos de Aragón, y en su momento de mayor apogeo llegó a dar trabajo a 15 operarios".
Ante el interés del edificio (ver figura inferior), que para Martí ha quedado como una infraestructura testimonial de una época, el Ayuntamiento ha realizando gestiones desde hace tres años, en que la actividad industrial se paralizó, para adquirir el inmueble. No obstante, las negociaciones siempre fueron infructuosas dado el gran número de herederos, propietarios de la fábrica. El proyecto destinado a ampliar la oferta de alojamientos comenzó a tomar cuerpo cuando el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) pudo por fin llegar a un acuerdo con los titulares y comprar el edificio. Es, del mismo modo, este organismo el que ha financiado los trabajos de restauración, que en una primera fase, presupuestada en 150.000 euros, se centran en el ala derecha del inmueble.
En esta parte de la fábrica, que se caracteriza por su forma en u, se habilitarán seis apartamentos, destinados preferentemente al alojamiento de trabajadores. "El pueblo comienza a tener oferta hotelera, con tres casas de turismo y un pequeño hotel de 9 habitaciones, pero tenemos gran carencia de estancias a precios asequibles para los operarios que vienen a trabajar a la sierra", explicaba el alcalde de Torres. Las dos fases siguientes se dedicarán a la restauración de la maquinaria que todavía se conserva en la harinera, situada en la zona frontal de la infraestructura. Este espacio, ligado al patio, se acondicionará como centro de exposiciones museísticas. Posteriormente, está previsto recuperar el ala izquierda como albergue, un tipo de residencia que el Ayuntamiento pretende explotar para acoger a grupos de escolares. "Una vez tengamos configurado el museo de la harina, queremos contactar con colegios para ofrecer visitas guiadas", explicaba José Antonio Martí.
Estructura alterada
El gerente de la Fundación Santa María de Albarracín -cuyo centro de restauración se encarga de la ejecución del proyecto-, Antonio Jiménez, señaló que el edificio se encuentra en líneas generales en buen estado de conservación. "Si bien -agregó- las alas laterales de la fábrica ha sufrido notables alternaciones".
Según explicó, el ala derecha permanece a una menor altura que el resto de la edificación. El proyecto de rehabilitación de esta infraestructura, que se basa en la recuperación de sus volúmenes iniciales en torno al patio central, se acomete por fases con objeto de afrontar más fácilmente su coste. La harinera, cuya actividad productiva comenzó en 1942, conserva, según Jiménez, la estética de las construcciones industriales de la época, con estructuras sencillas, de gruesos muros y marcos de ladrillo decorando las ventanas. En la recuperación se pretende conservar los elementos constructivos más peculiares, como los forjados de madera y las viejas cerchas de las cubiertas.
Fuente: Heraldo de Aragón (24-08-2009). Más información en la edición impresa.
PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO CULTURAL Y AMBIENTAL
Para la puesta en valor del patrimonio cultural y ambiental en la Comarca de la Sierra de Albarracín, el Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) ha destinado para la presente anualidad 300.000 euros a la Fundación Santa María de Albarracín y, a su vez, otros 300.000 euros para la Fundación de Desarrollo de la Comunidad de Albarracín.
En la figura inferior se muestra el FITE para el 2009 en cifras, cofinanciado a partes iguales por el Gobierno de España y el Gobierno de Aragón (pincha la tabla para una mejor resolución).
Finalmente, merece la pena recordar que el FITE ha supuesto una inversión de 3.000 euros por cada turolense (515 millones) desde su creación en 1993, de los que 1.500 euros se han recibido en los últimos cuatro años, al haberse duplicado y pasar de 30 a 60 millones anuales como una de las medidas del Plan de Actuación Específico (PAET) para Teruel aprobado por el Gobierno de España.
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