Leonor Franco/Heraldo de Aragón
El Museo Diocesano de Albarracín reabrió sus puertas con un aire renovado. Casi un año de trabajos de restauración, que obligaron al cierre de este edificio, el más emblemático de la localidad, han dotado al centro de las técnicas museísticas más modernas, que armonizan con los aspectos más clásicos de su contenido.
Unas 150 piezas de arte sacro -algunas menos que en su etapa anterior-, datadas entre los siglos XIV y XX, dieron a conocer ayer al público los secretos de la Diócesis de Albarracín y de la vida de sus obispos. El frío y la nevada que a primeras horas de la mañana cubrió los campos del entorno no impidieron que grupos de turistas accedieran a este recinto, así como los vecinos, siempre expectantes ante los proyectos que ejecuta la Fundación Santa María. "Parece otro y la iluminación es estupenda", señalaba un hombre de mediana edad.
Unas 150 piezas de arte sacro -algunas menos que en su etapa anterior-, datadas entre los siglos XIV y XX, dieron a conocer ayer al público los secretos de la Diócesis de Albarracín y de la vida de sus obispos. El frío y la nevada que a primeras horas de la mañana cubrió los campos del entorno no impidieron que grupos de turistas accedieran a este recinto, así como los vecinos, siempre expectantes ante los proyectos que ejecuta la Fundación Santa María. "Parece otro y la iluminación es estupenda", señalaba un hombre de mediana edad.
Nuevas instalaciones, con los sistemas más actuales de sonido, iluminación y seguridad, permiten contemplar algunas de las piezas ya expuestas con anterioridad con una perspectiva diferente, sin la oscuridad de invadía todas las estancias. Pero lo más importante, según señalaba el gerente de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez, es que los fondos se han ordenado con "un discurso coherente", sin el acopio de objetos que caracterizaban algunas de las salas. "Se ha renovado todo -explicaba Antonio Jiménez-, pero ha sido una transformación condicionada por la peculiaridad del espacio donde se exponen los fondos, que son las dependencias principales y domésticas del obispo".
Antonio Jiménez señaló que algunas piezas antes expuestas se han retirado, bien porque no aportaban nada al discurso expositivo o porque quedaban anuladas por los objetos principales. En las vitrinas, se muestran otras inéditas, como una original casulla de tela pintada. "Aunque hay menos piezas, la gente dedica ahora más tiempo en ver las diferentes salas", señalaba una de las empleadas del Museo.
Fuente: Extracto del Heraldo de Aragón, 07-03-2010.
Antonio Jiménez señaló que algunas piezas antes expuestas se han retirado, bien porque no aportaban nada al discurso expositivo o porque quedaban anuladas por los objetos principales. En las vitrinas, se muestran otras inéditas, como una original casulla de tela pintada. "Aunque hay menos piezas, la gente dedica ahora más tiempo en ver las diferentes salas", señalaba una de las empleadas del Museo.
Fuente: Extracto del Heraldo de Aragón, 07-03-2010.
FINANCIACIÓN DE LAS REFORMAS DEL PALACIO
El presupuesto para la reforma del espacio expositivo ha sido de unos 120.000 euros, aunque la iniciativa se enmarca en un conjunto de actuaciones más ambiciosas que prevén mejoras en el propio Palacio de Congresos. Por tanto, el presupuesto global asciende a 300.000 euros que proceden del Fondo de Inversiones o Plan de Actuación Específico de Teruel (PAET) del Gobierno de España del año 2009.
En la figura superior se muestra el PAET para el 2009 en cifras, cofinanciado a partes iguales por el Gobierno de España y el Gobierno de Aragón (pincha la tabla para una mejor resolución). De este modo, para la puesta en valor del patrimonio cultural y ambiental en la Comarca de la Sierra de Albarracín, el Fondo de Inversiones o PAET (FITE) ha destinado en la pasada anualidad 300.000 euros a la Fundación Santa María de Albarracín y, a su vez, otros 300.000 euros para la Fundación de Desarrollo de la Comunidad de Albarracín.
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